Cómo se puede disciplinar y establecer limites a los hijos Los niños no nacen con un manual de instrucciones bajo el brazo. Por esta razón, su educación depende fundamentalmente de los padres y de todos cuantos les rodean.
Educar no es fácil, pero si los padres se concentran en la disciplina, estarán en el buen camino. La falta de disciplina y de limites en los niños de hoy en día es una de las grandes preocupaciones de los padres, ya que se ha dado lugar a una generación inconsecuente y mal educada. Se habla y critica mucho a estos niños y jóvenes, que componen esta generación difícil y complicada, pero necesitamos comprender que esta situación representa el resultado de la actuación de los padres en relación a la educación de sus hijos.
¿Cómo podemos evitarlo?
Dar un azote no es educar
Corregir a los hijos indisciplinados dándoles un azote, un cachete, no sirve de nada. Dar un azote al niño sólo genera violencia y un mal ejemplo de conducta. Si los padres dan azotes a sus hijos, este los imitará algún día, creyendo que tiene derecho a pegar a otra persona. No podemos olvidar que los niños aprenden mucho más con los ejemplos. Y los imitan, principalmente si esos ejemplos vienen de los padres, considerados modelos para los hijos. El castigo físico inhibe pero no educa.
¿Cuándo deben los padres disciplinar a los hijos? Desde que son bien pequeños y siempre que hagan algo contrario de lo que ellos les están enseñando. Los padres deben combatir los malos comportamientos con amor, firmeza y persistencia: la desobediencia, la mentira, la falta de respeto…
Cómo enseñar a los hijos a ser disciplinados
¿Cómo decir NO a la falta de disciplina de los hijos? Siendo los padres verdaderos ejemplos para los hijos, ellos deben:
-Dejar claro, ante cualquier situación, lo que realmente esperan de él. Los niños se sienten mejo cuando se comportan como los padres desean.
-Los padres deben establecer limites adecuados a cada edad. Limites en los horarios, cantidades, rutinas, etc., pero siempre, adaptándonos a las circunstancias ya que no se trata de ser inflexibles de manera absoluta.
–Si el niño comienza a enfadarse y gritar porque los padres le dijeran NO, no se debe intervenir. Deben ignorarle y mantenerse al margen pero siempre con una actitud de amor y paciência y, sólo cuando el pequeño se calme deben intentar conversar con él.
-Los padres deben tratar de que los hijos entiendan donde está el error cometido y enfatizar la importância y la necesidad de disculparse.
–Nunca debemos llamar la atención a nuestros hijos delante de otras personas así evitaremos que se sienta humillado. Debemos conversar con calma y tranquilidad empleando para ello todo el tiempo que la situación requiera. Nunca hablar con precipitación.
–Para llamar la atención a los niños no es necesario gritar, amenazar, ni dar sermones. Es suficiente hablar con firmeza pero con un tono amoroso y normal.
Educar no es fácil, pero con amor, cariño y respeto, se pueden evitar situaciones familiares difíciles. Límites claros y bien definidos son el secreto de la buena educación. Y, eso, se consigue con perseverancia y paciencia, hasta que se convierta en una rutina para los niños. El primer paso y más importante es comenzar con nuestra auto-educación para así, poco a poco, a través de nuestro ejemplo, educar a nuestros hijos.
Artículo extraído de: guiainfantil.com
Traducción: Valle García
Revisión y adaptación: Claudia Werdine