Nueva sección en nuestro blog

familiaQueridos amigos,

Hemos inaugurado una nueva página en nuestro blog que dedicaremos especialmente a la familia, las relaciones familiares, la educación de nuestros hijos, etc.

En ella podréis encontrar artículos sobre diversas cuestiones de interés para el universo familiar,  vídeos interesantes e instructivos, y mensajes espirituales que nos procurarán momentos para la reflexión.

Esperamos que os guste.

Encuentro de la familia Espírita en Winterthur, Suiza 2013

CARTAZ - ENCONTRO DA FAMILIA_DEFINITIVO2El I encuentro de Familia Espírita se celebrará en Mehrzweckanlage Teuchelweiher, 67, Winterthur, los día 7 y 8 de septiembre.

Estan invitados padres, niños, jóvenes y espíritas de toda Europa para compartir esos momentos de alegría y confraternización. Además disfrutar de presentaciones musicales y teatrales, tendrán la oportunidad de vivir dinámicas de integración y discutir temas de interés para la familia, entre otras actividades.

Esperamos contar con todos en la participación y distribución de este Evento que, por cierto, proporcionará a la familia la valiosa oportunidad de integración y divulgación de la Doctrina Espírita.

«Todos anhelamos la paz de mundo, mientras tanto, es imperioso no olvidar que la paz de mundo parte de nosotros»

Emmanuel

Los padres y la educación espírita infanto-juvenil

Sin títuloP: ¿Qué orientaciones darían los Amigos Espirituales a los padres espíritas en relación al encaminamiento de los hijos a la escuela de educación de los Centros Espíritas?

R: A pesar de que el hogar sea la escuela por excelencia, donde la criatura deba recibir los más amplios favores de la educación, burilándole el sentimiento y el carácter, no desconocemos la imperiosidad de los padres en buscar en otras instituciones sociales el justo apoyo para la educación de los hijos; y así, deberán encaminar a los pequeños, en el período oportuno, para la escuela del saber, posibilitándoles la instrucción. Mientras tanto, jamás deberán descuidarse de aproximarlos a los servicios de educación espírita infantil en cuyas benditas actividades se propiciará la formación espiritual del niño y el joven ante el porvenir.

Hay padres espíritas que, erróneamente, han dejado, en nombre de la libertad y del libre albedrío, que los hijos crezcan para entonces escoger este o aquel camino religioso que les complemente la conquista educativa del mundo. Tal medida viene generando sufrimiento y desesperación, luto y tristeza, inconformidad y dolor. Porque una vez perdida la enseñanza educativa en la edad propicia a la siembra evangélica, los corazones se muestran endurecidos, cual tierra reseca, árida, rebelde a la buena plantación, desperdiciándose valioso periodo de ayuda y orientación. Es entonces que, solamente a través del dolor, de los duros golpes de las pruebas, pueden despertarse para rehacer y construir.

Bezerra de Menezes (1982)

Libro: Sublime Sementeira, org. Miriam Masotti Dusi, Feb, 2012

Traducción: Valle García

La Educación religiosa de los hijos

ni_o_orando2_1“Diversas teorías sobre educación preocupan a padres y educadores en la época actual, cuando surgen tantas preguntas y respuestas sobre principios, hasta ahora, considerados incuestionables. […]

Nadie tiene dudas sobre la necesidad de enseñar a pensar. En una sociedad en que la plenitud de conocimientos, de informaciones, llega a la culminación de lo inimaginable, enseñar a pensar se ha tornado de hecho, una imposición en los métodos educativos. No basta, y no es conveniente desde el punto de vista pedagógico, llenar la cabeza del estudiante de informaciones sin enseñarle a razonar sobre ellas, dándoles condiciones de seleccionar ese material y emitir juicios de valor sobre él. Los conocimientos deben funcionar como un reactivo intelectual y no ser destinados a penas como almacén de datos, como si el cerebro humano no pasase de un simple depósito.

La enseñanza pues, debe ser conducida en el sentido de forzar al destinatario a reflexionar y a formarse una opinión propia a partir de las informaciones que le son ofrecidas y de los datos que su observación seleccionó. Los medios de comunicación, aunque no sea intencionadamente, saturan las mentes infantiles de informaciones, haciendo muy difícil, en esa fase del crecimiento, el proceso de selección, ya que no existen aún parámetros para tal cosa. La educación familiar, esto es, aquella que orienta a la formación del carácter, y que da relevancia a los padres, debe estar impregnada de los valores por ellos aceptados. Por tanto, a la familia y a la escuela caben ofrecer el tipo de material que servirá de base a las actividades de reflexión del alumno. Este recibirá siempre influencias externas y opuestas a aquellas que fueron recibidas de la familia, más habrá, con seguridad, prevalencia de los valores y conceptos que la familia le hubiera ofrecido.

Así, se torna necesario que los padres comprendan que es a ellos a quienes corresponde la atribución natural en la selección de valores e informaciones que deben trasmitir a sus hijos y a la cual no pueden renunciar. Sin descuidar el aspecto y la necesidad de enseñar a pensar, los padres deben, al mismo tiempo, ofrecer a los hijos qué pensar (escoger por ellos los contenidos), hasta que ellos, alcanzada la madurez suficiente, escojan su propio material. Mientras llega ese momento, les cabe encaminarlos por los complicados meandros del raciocinio y el discernimiento. Realizada esa tarea, los padres estarán vigilantes con sus obligaciones, hasta que da uno tenga su libre albedrío y tome sus decisiones una vez alcanzada la madurez.

En razón de eso, es por demás evidente, para los padres espíritas, así como para todos los demás padres pertenecientes a otras corrientes del pensamiento, que tienen el deber de orientar a los hijos dentro de los principios éticos, religiosos o filosóficos que dirijen sus propios pasos en la trayectoria terrena. Por tanto, el padre espírita que es indiferente a la orientación familiar dentro de las enseñanzas del Espiritismo, no está siendo coherente con sus principios, demostrando una gran y perniciosa indiferencia en relación con lo que es de importancia para los propios hijos. Únicamente no debe intervenir en la orientación cuando sus hijos hubieran alcanzado la madurez. Fuera de eso, es su obligación intransferible transmitir los conocimientos espíritas a la familia, educándola de acuerdo con la concepción de la vida que el Espiritismo desvela. Ningún presunto escrúpulo de cercenamiento de la libertad de pensar debe disminuir la determinación de los padres en ese sentido, pues ya vimos como las dudas en la elección del tipo de educación religiosa a ser seguida, ha favorecido la interferencia de terceros en una tarea que es responsabilidad exclusiva de la familia.

Concienciémonos de que los Espíritus que reencarnan en un hogar espírita necesitan, sobre todo, de la orientación que el Espiritismo puede ofrecer. De otro modo, tendríamos que admitir que volvemos a la Tierra sin ninguna planificación, navegando por el mar de la vida a merced de las olas, sin rumbo, sin brújula, sin recursos para rehacernos del pasado y avanzar hacia el futuro con paso firme y seguro. El Espiritismo, que revive las lecciones de Jesús, es la mejor herencia a ser dejada a los hijos, si en realidad ya entendemos el alcance de la Doctrina Espírita en la reconstrucción de la sociedad humana, cada vez más carente de comprensión y de paz.

“Eduquemos con el mayor empeño a nuestros hijos dentro de los principios espíritas, sin recelos, sin vacilaciones, convencidos de que estamos colaborando para su verdadera felicidad y para la regeneración del Mundo.”

Rocha, Cecília. Pelos Caminhos da Evangelização. Rio de Janeiro: FEB, 2008

Traducción: Valle García

 

La falta de disciplina en los niños

 

76764090_cCómo se puede disciplinar y establecer limites a los hijos Los niños no nacen con un manual de instrucciones bajo el brazo. Por esta razón, su educación depende fundamentalmente de los padres y de todos cuantos les rodean.

Educar no es fácil, pero si los padres se concentran en la disciplina, estarán en el buen camino. La falta de disciplina y de limites en los niños de hoy en día es una de las grandes preocupaciones de los padres, ya que se ha dado lugar a una generación inconsecuente y mal educada. Se habla y critica mucho a estos niños y jóvenes, que componen esta generación difícil y complicada, pero necesitamos comprender que esta situación representa el resultado de la actuación de los padres en relación a la educación de sus hijos.

¿Cómo podemos evitarlo?

Dar un azote no es educar

Corregir a los hijos indisciplinados dándoles un azote, un cachete, no sirve de nada. Dar un azote al niño sólo genera violencia y un mal ejemplo de conducta. Si los padres dan azotes a sus hijos, este los imitará algún día, creyendo que tiene derecho a pegar a otra persona. No podemos olvidar que los niños aprenden mucho más con los ejemplos. Y los imitan, principalmente si esos ejemplos vienen de los padres, considerados modelos para los hijos. El castigo físico inhibe pero no educa.

¿Cuándo deben los padres disciplinar a los hijos? Desde que son bien pequeños y siempre que hagan algo contrario de lo que ellos les están enseñando. Los padres deben combatir los malos comportamientos con amor, firmeza y persistencia: la desobediencia, la mentira, la falta de respeto…

Cómo enseñar a los hijos a ser disciplinados

¿Cómo decir NO a la falta de disciplina de los hijos?  Siendo los padres verdaderos ejemplos para los hijos, ellos deben:  

-Dejar claro, ante cualquier situación, lo que realmente esperan de él. Los niños se sienten mejo cuando se comportan como los padres desean.

-Los padres deben establecer limites adecuados a cada edad. Limites en los horarios, cantidades, rutinas, etc., pero siempre, adaptándonos a las circunstancias ya que no se trata de ser inflexibles de manera absoluta.

Si el niño comienza a enfadarse y gritar porque los padres le dijeran NO, no se debe intervenir. Deben ignorarle y mantenerse al margen pero siempre con una actitud de amor y paciência y, sólo cuando el pequeño se calme deben intentar conversar con él.

-Los padres deben tratar de que los hijos entiendan donde está el error cometido y enfatizar la importância y la necesidad de disculparse.

Nunca debemos llamar la atención a nuestros hijos delante de otras personas así evitaremos que se sienta humillado. Debemos conversar con calma y tranquilidad empleando para ello todo el tiempo que la situación requiera. Nunca hablar con precipitación.

Para llamar la atención a los niños no es necesario gritar, amenazar, ni dar sermones. Es suficiente hablar con firmeza pero con un tono amoroso y normal.

Educar no es fácil, pero con amor, cariño y respeto, se pueden evitar situaciones familiares difíciles. Límites claros y bien definidos son el secreto de la buena educación. Y, eso, se consigue con perseverancia y paciencia, hasta que se convierta en una rutina para los niños. El primer paso y más importante es comenzar con nuestra auto-educación para así, poco a poco, a través de nuestro ejemplo, educar a nuestros hijos.

Artículo extraído de: guiainfantil.com

http://br.guiainfantil.com

Traducción: Valle García

Revisión y adaptación: Claudia Werdine