¿Qué es el acoso escolar o bullying?

Sin títuloLos estudios nos indican que aproximadamente uno de cada tres adolescentes se ve involucrado, como agresor o como víctima, en situaciones de abuso, cercanas al maltrato. Por lo tanto, en la mayoría de los casos, la intervención será preventiva, por lo que conviene estar alerta sea cual sea la edad de nuestro hijo.

Es a partir de la pre-adolescencia (10 años) y sobre todo hasta los 16 años, cuando las relaciones de nuestros hijos con sus amigos y compañeros se nutre de unos profundos cambios e incertidumbres que pueden provocar maltratos reiterados entre ellos.

¿Qué es el bullying?

No todo es maltrato. Según los datos que hemos encontrado en la campaña contra el acoso escolar llevada a cabo por la ONG PROTÉGELES, debemos entender que se considera maltrato: “Toda acción reiterada a través de diferentes formas de acoso u hostigamiento entre dos alumnos o entre un alumno y un grupo de compañeros en el que la víctima está en situación de inferioridad respecto al agresor o agresores”.

Por ello, una simple pelea entre amigos derivada de un malentendido, aunque nos preocupe, puede ser abordada desde el acuerdo mutuo de no agredirse más o incluso haciendo las paces, cosa que no ocurre con el maltrato.

El maltrato no solamente se manifiesta a través de peleas o agresiones físicas sino que puede tener diversas formas. Debemos estar atentos para saber reconocerlo cuando ocurre.

  • Intimidaciones verbales (insultos, motes, rumores… tanto presencial como a través de redes sociales)
  • Intimidaciones psicológicas (amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o conseguir algo)
  • Agresiones físicas, tanto directas (peleas, palizas, …) como indirectas (destrozo de materiales personales y pequeños robos)
  • Aislamiento social, bien impidiendo a la víctima participar o ignorando su presencia.

No es algo aislado

El maltrato viene asociado a una situación de dominio-sumisión y tiene un gran componente colectivo. En realidad, no es un hecho aislado, sino que afecta a:

  • La víctima que sufre las agresiones.
  • Uno o varios agresores que abusan de la anterior.
  • Los compañeros que observan los hechos y callan o no apoyan con suficiente fuerza a la víctima.
  • Los adultos que pueden no haber estado lo suficientemente alerta. En caso de producirse en el colegio, tanto los profesores como los padres.

¿Cómo detectar el bullying?

Que un niño sufra acoso escolar puede tener consecuencias muy graves. Para detectarlo, lo más importante es estar atentos al comportamiento de nuestro hijo.

Aquí os contamos algunas de las claves básicas en las que nos debemos fijar:

  • El niño de repente evita la escuela, ciertos lugares y cierto tipo de gente. Los sitios a los que antes iba contento, ahora no le gustan y se siente incómodo.
  • Se hace el enfermo con frecuencia para no tener que enfrentarse a las situaciones que teme y mantenerse en un lugar que él considera seguro, como el hogar.
  • Su personalidad cambia, cada vez es más retraído y pasivo. Aunque puede darse una situación contraria y que cada vez sea más activo y agresivo.
  • No controla su cuerpo y pierde o rompe objetos constantemente. No está centrado.
  • Está muy triste y llora de manera más habitual sin que nosotros veamos una razón clara.
  • Podemos ver que tiene contusiones o lesiones, que él intentará ocultar, y nos dará excusas.
  • Sus calificaciones han bajado notablemente en la última época y no rinde de la misma manera.
  • Vemos cambios importantes en su comportamiento, como que pase mucho tiempo a solas, maltrato a los hermanos, etc.

El maltratado

El problema de raíz de un niño maltratado que no comunica lo que le ocurre a sus padres es la falta de confianza con ellos.

Estos son algunos consejos:

  • Busca la comunicación con tu hijo desde pequeño.
  • Dedícale el mayor tiempo posible.
  • Ayúdale a encajar mejor las bromas y a encauzarlas correctamente.
  • Recuérdale sus buenas cualidades y poténcialas.
  • Escúchale. Muestra interés siempre por sus necesidades, pero tampoco le sobreprotejas.
  • Invítale a que busque protección en casa, con otros amigos o con adultos. Si está solo se hace más vulnerable.

¿Cómo actuar?

Si nuestro hijo nos comunica que es víctima de una agresión, deberemos:

  • Escuchar y mostrar interés para que sienta que estamos apoyándolo.
  • Indagar si realmente ha ocurrido y no es fruto de su imaginación.
  • Ponernos en contacto con la escuela y solicitar la ayuda del profesorado.
  • Si esto no funciona, podemos dirigirnos directamente a la organización de protección de la infancia PROTÉGELES (contacto@protegeles. com)
  • Fijar una estrategia para determinar el daño que se está produciendo y las relaciones entre los involucrados.
  • Favorecer una solución adecuada, apoyando a nuestro hijo y enseñándole a asumir la responsabilidad que le corresponda.

La relación con el centro escolar

En numerosas ocasiones los padres de niños que han sido víctimas se enfadan profundamente con el centro escolar al entender que no se está prestando su­ficiente atención a su hijo, pero lo cierto es que las relaciones ocultas entre los alumnos pueden pasar desapercibidas a los ojos de los profesores.

Aunque a veces nos cueste debemos asumir que la escuela es nuestra aliada en la mejora de la calidad de vida de nuestro hijo.

El maltratador

En algunas ocasiones, los padres con un hijo maltratador tienden a mostrarse hostiles hacia la persona que le comunica los hechos y rehúsan aceptar la implicación de su hijo.

Lo peor que le puede pasar al niño es que no sienta la culpa. Entendería que la fuerza y el daño ajeno valen la pena.

Si nuestro hijo es el que maltrata a sus compañeros, la escuela ha de trabajar profundamente con nosotros, los padres, para poder modificar esta actitud. Deberemos:

  • Acudir al mínimo indicio a la escuela.
  • Intenta hablar con nuestro hijo para explicarle la situación y qué medidas se van a tomar.
  • Solicita a la escuela ser informado de los pasos que se están dando y cualquier mejora en la conducta.
  • Mantén reuniones periódicas con el centro.

Cambiar nuestras ideas erróneas

Es fundamental que desterremos de una vez la idea de que el maltrato entre niños forma parte de la evolución natural.

¿Cuántas veces hemos pensado que los niños tienen que hacerse fuertes y aprender a defenderse? Hacerse mayor de esta forma es indeseable, innecesario e inmoral.

Con esta idea, lo único que podemos conseguir es un niño que se crea siempre en peligro y amenazado.

Este artículo se basa en la información obtenida a través de la web www.acosoescolar.info donde podéis encontrar más ayuda.

 http://www.saposyprincesas.com/salud-y-psicologia/que-es-el-acoso-escolar-o-bullying/

 

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